EROS
Y
ZANATOS


La clave es tu cerebro. Tu cerebro es tu tesoro, no te pertenece y es un privilegio y una responsabilidad.

Hasta ahora he querido mostrar que el cerebro que tu usas no es la verdadera funcion de el, ni para aquello que esta diseñado.

Tu cerebro al ser el tesoro mas preciado de la creacion te ha sido permitido para que expandas todas sus posibilidades.

Tu cerebro tiene dos sistemas de funcionamiento: mente y no_mente.

El hombre vive de continuo en la mente. Vive em la mente que crea mundos, pero el en su interior, anhela universos.

En tu mente existen dos leyes inhexorables.

La primer es eros y tiene que ver con tu sexualidad, tu libido.

Esa es la base para crear mas vida y en torno a la cual se sustenta cada especie y entre ellas el hombre.

La otra ley es Zanatos.

Imaginate una de esas peliculas de espias antiguas en las que los mensajes secretos llevaban de manera implicita un sistema de autodestruccion.

Lo mismo le sucede a cada celula y a ti.

Mas o menos la idea es que tu cuerpo no muere, se muere.

Esto quiere decir que el sistema operativo informatico de tus organos y visceras, de pronto, se viene abajo.

Una de las cricunstancias que ahora suceden es que le hemos ido ganando la batalla a la propia vida, alargando la esperanza de vivir. Pero eso no quiere decir que hallamos derrotado a Zanatos.

Vivimos mas pero se establece una especie de muerte en vida.

Una de las mayores situaciones que se observan es como la mente establece procesos de autodestruccion que aunque hemos ganado la batalla a Zanatos, impidiendole desactivar nuestros organos, desarrollamos elevados niveles de infelicidad.

Es obvio que Zanatos nos presenta la batalla a nivel mental.

Mi maestro siempre decia que al ser humano no le matan los años sino las penas.

La lectura que planteo es simple, la mente no se puede solucionar, solo puede superarse.

Por eso, todas las tecnicas de el budismo zen tendentes al desarrollo de samadhi y potenciar la no_mente se antoja como una de las principales claves.



no le busques sentido..., no lo tiene.

maestro zen